La ética como principio elemental de la formación académica fue sustituida por la justificación cotidiana de pasar por una crisis muy pero muy profunda. El caso es que el principio ético de la justicia, la equidad y la formación fueron dejados de lado atribuyendo que el desarrollo y la tecnificación son las metas para el desempeño de un buen profesional. La autocapacitación referida a la actualización en el campo de las ciencias de la comunicación pierde espacio y es sustituida por la negligencia.
Asi vista la realidad ética del estudiante debemos analizar y reflexionar acerca de las formas de constituir y construir profesionales con amplia ética y que los mismos transversalicen la ética en todos su actos privados y públicos. Forjemos un nuevo tipo de profesionales idonéos y comprometidos con su pueblo y su realidad cultural propia.
jueves, 25 de octubre de 2007
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